martes, 25 de noviembre de 2008

Mitos y Leyendas (El cuelebre de Getino)



Getino es un pueblo montañes del alto del torio .

Impresionante resulta la leyende del cuelebre del Faedo, el culebro de de fuertes silvidos que asustaba a los pastores y ganados ; tanto que nadie queria acercarse a las Lamargas y a Llano , dos pagos de la solana donde solia ir a cazar . El cuelebre moraba el monte Faedo , monte de las hayas milenarias que es una mancha verdeante que se estiende desde el arroyuelo rumoroso hasta Las Camas y la Peña Tijera con mas de un kilometro cuadrado de superficie. todo un año paso sin poder pastar las hierbas.

Pero he aqui que un pastor extremeño de los que venian con la Mesta trashumante se asento por el puerto de Sancenas, supo de la preocupacion y el temor de las gentes de Getino y se presto a solucionar el espanto popular.

Y lo soluciono dando al cuelebre un cuenco de leche de merinas cada dia. Lo llamaba cuando subia por el camino del monte Faedo o cuando bajaba por la Collada y tocaba su dulzaina con sones cadenciosos; el culebro esperaba junto al reguero.

Pero el pastor se ausento para su Estremadura , en esa epoca de octubre cuando los rebaños trashumantes bajan para las dehesas y se aletargan las culebras. Luego tuvo que ir a servir al rey y el tiempo transcurrio y llegaron los frios y la primavera y las flores , la hierba y la maja, el otoño y la matanza, el invierno y los filandones.

Nuevamente al despertar la siguiente primavera el culebro volvio a sumir en el medio a personas y ganados. Llego junio y tomaron los esquilones de las merinas a alegrar los puertos montaraces y los mastines con sus carlancas para perseguir a los lobos y con ellos el pastor extremeño.

Las gentes acudieron a el contandole sus cuitas y el mozo premetio calmar al bicho.

Por el camino pedregoso subia el pastor tarareando y tocando el caramillo y la dulzaina , silbando la melodia que deleitaba al monstruo . Pero se le olvido el cuenco de leche y el po0bre pastor pago con su vida el involuntario olvido.

El culebre duro poco tiempo; un nubarron de verano descargo tal torrente de agua que arrastro a la serpiente y la aplato contra unas rocas.

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